miércoles, 13 de junio de 2012

los alimentos que engordan...?

Desentrañando mitos: cuáles son los alimentos que engordan
¿Es cierto que las tres P (pan, pasta y papa) engordan? ¿Comer un caramelo ácido antes del almuerzo disminuye el apetito? ¿El azúcar negra es mejor que la blanca? Éstas y otras dudas habituales sobre la alimentación tienen sus respuestas y te las contamos en esta nota
Por Verónica Salatino
En materia de alimentación -y, sobre todo, a la hora de hablar de dietas-, todos parecieran tener la verdad y el secretito para comer y no engordar o, mejor aún, adelgazar. Sin embargo, en esos regímenes sui géneris que se arman y desarman en un abrir y cerrar de ojos, la información que muchas veces se toma por válida e indiscutible es, por el contrario, falsa y cuestionable por donde se la mire.
Una de ellas es la vieja regla que asegura que las tres P (pan, pasta y papa) deben ser eliminadas de la mesa si el plan es adelgazar unos kilos. Es que los hidratos de carbono tienen mala prensa y son los primeros en sentarse en el banquillo de los acusados. Sin embargo, si bien restringir su consumo puede llevar a una reducción de peso en un primer momento, a largo plazo esto podría ser contraproducente. "Al restringir los hidratos de carbono es común sentir falta de energía, fatiga, menor resistencia cuando se realiza actividad física, constipación e incluso irritabilidad y cambios de humor", explica la licenciada María Inés Somoza, jefa de la División Nutrición del Hospital Universitario Fundación Favaloro y directora de la carrera de Nutrición de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Favaloro. Según la especialista, esto se debe a que estos alimentos son una de las principales fuentes de energía y de vitamina B, que actúa directamente sobre el sistema nervioso. "Indirectamente, cuando se disminuye la ingesta de alimentos ricos en hidratos de carbono, que a la vez son ricos en fibras, se aumenta el consumo de grasa y colesterol, lo que incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer de colon", advierte.
Entonces, ¿hay que eliminarlos o no de la dieta? No. Hay que consumirlos, pero sin excesos. "Una o dos rodajas de pan integral diarios con queso blanco y mermelada light pueden incluirse en un plan de alimentación. La papa contiene vitamina C y minerales como fósforo y potasio, y se la puede incluir como ingrediente en un guiso, por ejemplo. En el caso de las pastas, se puede consumir una porción similar a un plato de postre y acompañarlas siempre con verduras, tal vez con salsa fileto", dice la licenciada en Nutrición Silvia Bendersky, asesora de Mavi Díaz Delivery Diet.

¿Blanco o negro?

Si llenaste tu alacena con productos integrales porque creés que engordan menos, tenemos malas noticias. "Es falso", sentencia Somoza sobre esta creencia. "Los productos integrales como panes, galletitas y arroz aportan prácticamente igual valor calórico que los productos realizados con harina refinada", se explaya. "Muchas veces tienen hasta más calorías que los fabricados con harina blanca", suma Bendersky.
Sin embargo, a su favor, aportan más fibras, minerales y vitaminas, además de otros beneficios como que arrastran las toxinas del intestino, mantienen sano el sistema nervioso y la piel, oxigenan las células y facilitan la circulación sanguínea. "También mejoran el sistema digestivo y evitan la proliferación de parásitos intestinales", agrega la asesora de Mavi Díaz Delivery Diet .
Sea blanco o negro, el pan tostado engorda menos. ¿Será cierto? ¡No! Se trata de otro mito más. "De hecho, el pan tostado se digiere más rápido, dando menor sensación de saciedad y gastando menos calorías en la digestión", dice la nutricionista de la Fundación Favaloro.

El potecito verde

¡Qué bien nos sentimos cuando llenamos el changuito de productos light! La sensación de poder comer lo que queremos sin engordar es maravillosa. Pero no siempre es cierto. Es sólo una sensación. "La gran variedad de alimentos light que se presentan en el mercado requieren estar atentos e informados, leer las etiquetas nutricionales presentes en los envases y cambiar la creencia en cuanto al consumo ilimitado de productos dietéticos o alimentos light para el control del peso corporal", advierte Somoza.
De todos modos, es cierto que tienen menos calorías que los originales, pero de ahí a consumirlos sin límites hay un abismo. El hecho de que tengan apenas algunas calorías menos no quiere decir que no engorden (sino, simplemente, que no lo hacen tanto como los otros). "El concepto de ‘light’ difiere de lo nutritivo. Por ejemplo, no es lo mismo comer un postre light que una manzana, aunque la publicidad diga que tienen las mismas calorías, ya que ésta aporta nutrientes necesarios para el organismo y es mucho más sana", dice Bendersky.
En tanto, el producto diet no es sinónimo de bajas calorías, sino que se trata de uno que fue modificado para un determinado tipo de dieta relacionado a una patología. "Son aptos para celíacos, diabéticos, hipertensos o personas con colesterol alto", suma la nutricionista. Y agrega: "Por ser dietético no quiere decir que engorde menos. Un ejemplo de un producto dietético que, lejos está de ser light, es el yogur, que ayuda a acelerar el tránsito intestinal, ya que contiene un componente laxante que ayuda a evitar la constipación".

MÁS MITOS

Si creías que la leche entera tiene más calcio que la descremada, ¡es mentira! Ambas aportan la misma cantidad, y de hecho, la segunda, en algunos casos, un poco más. "La recomendación es elegir las versiones descremadas para evitar que el consumo excesivo de grasas conduzca a la obesidad y a la aparición de enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares", dice la licenciada Somoza, de la Fundación Favaloro. Además, las barritas de cereales, si bien son saludables, no son light en la mayoría de los casos. Las aguas saborizadas tampoco, ya que contienen azúcar. Y lo mismo sucede con las galletitas integrales.

¿Antes o después?

Otro de los mitos populares asegura que no hay que tomar líquidos durante las comidas, sino lejos de ellas. Sin embargo, esto no influye en lo más mínimo en la ganancia de peso corporal (siempre que se trate de bebidas no calóricas). Por el contrario, si consumís agua mientras comés, vas a sentirte más llena y comerás menos.
En tanto, los líquidos calientes como las sopas mantienen la sensación de saciedad durante más tiempo y retardan así la aparición de hambre. Por eso los nutricionistas recomiendan tomarla antes de comer.
Algo similar sucede con los caramelos ácidos. Somoza recomienda ingerir uno sin azúcar, para así estimular sólo la secreción de jugos gástricos, dando una falsa sensación de saciedad.
Y, hablando de azúcar, otro de los mitos indica que la negra es mejor que la blanca. "Se podría decir que la primera es más natural, porque no atraviesa el proceso de refinación, pero aporta las mismas calorías que el azúcar común de mesa", dice la especialista de la Fundación Favaloro. La miel, por su parte, tiene menos calorías (aproximadamente 320 cada 100 gramos, mientras que el azúcar -blanca y negra- tiene 400 cada 100 gramos).
Por eso, antes de aventurarse a armar una dieta sui géneris según los dichos de la abuela, las amigas o San Google, es mejor asesorarse con quienes saben. Así, estaremos en buenas manos y lograremos los resultados buscados.